En el mes de mayo de 2020 finalizamos nuestro libro “La Dinastía Carlista en la Pintura”, subtitulado “Historia e imagen de la rama carlista de la Familia Real española, sus retratos y los artistas que los realizaron”, con el que pretendimos establecer un primer inventario de las pinturas existentes de los miembros de la dinastía carlista, aportando datos sobre los pintores y las circunstancias de su realización.
Javier Urcelay; La Dinastía Carlista en la Pintura. Museo Carlista de Madrid/Galland Books, Valladolid 2020
A pesar del barrido sistemático que la elaboración del libro supuso, ya en su primer capítulo advertíamos de la certeza de que “aún existirán por esos mundos muchos retratos de los reyes y reinas carlistas que aquí no han sido incluidos”, cuya salida a la luz pública podría incluso ser fomentada por la publicación del libro. La esperanza era que estos nuevos hallazgos pudieran incorporarse a futuras nuevas ediciones de la obra. En cualquier caso, y por si esa esperanza no se llegara a materializar, doy cuenta aquí, escasamente un año después de la edición del libro, de los varios retratos localizados en estos últimos meses y que nos eran desconocidos al concluir la obra.
Don Carlos María Isidro de Borbón, Carlos V, primer rey de la Dinastía Carlista
En el portal de Artprice hemos encontrado que en fecha reciente se subastó un pequeño óleo sobre lienzo de 29x24 cm del Infante Carlos María Isidro de Borbón catalogado como Escuela española siglo XIX. El retrato fue vendido, presumiblemente a una colección particular, sin que poseamos más información sobre su destino.
De mayor entidad es otro retrato del Infante localizado en Canarias. En 1816 se fundó por Real Cédula la Universidad de San Fernando de La Laguna, en Tenerife, de la que el Infante Don Carlos María Isidro de Borbón asumió el cargo honorífico de protector. Con este motivo, la nueva universidad encargó al pintor canario Luís de la Cruz y Ríos sendos retratos del rey Fernando VII y de su hermano el Infante Don Carlos, que fueron pintados a lo largo de 1816 y 1817, y se entregaron en 1818. Actuó de intermediario el confesor real Cristóbal Bencomo, quien tuvo que esforzarse para ver culminada su misión luchando contra la desgana y “poca formalidad” del pintor.[1]
Don Carlos luce uniforme de capitán general, con las condecoraciones habituales, a las que se añaden las veneras de las Órdenes de Santiago y Malta y la placa de la Orden francesa del Espíritu Santo.
Retrato del Infante Don Carlos María Isidro pintado por De la Cruz para la Universidad de La Laguna. Instituto Cabrera Pinto. La Laguna (Tenerife)
Junto a este cuadro de Canarias y pintado por "el canario", como se le conocía en Palacio, otro retrato del infante del que no teníamos noticia previa ha salido a la luz pública. En noviembre de 2020, la casa de subastas Ansorena de Madrid sacó a la venta un retrato realizado por Agustín Esteve, copia del boceto pintado por Goya. El cuadro de Esteve perteneció a la colección de la Reina María Cristina de Borbón y luego a colección particular, sin que conozcamos su paradero después de ser vendido en la mencionada subasta.
El Infante Don Carlos María Isidro de Borbón, copia realizada por Agustín Esteve del boceto pintado por Goya
En la Hermandad del refugio, cuya sede se alberga en la preciosa iglesia de San Antonio de los alemanes -situada en la calle de la Puebla con Corredera Baja de San Pablo, en Madrid- se encuentran varios retratos de nuestros reyes, que desde Felipe IV pertenecen a la Hermandad. Entre ellos, figura un retrato de medio cuerpo del Infante Carlos María Isidro de Borbón, debido al pincel de Agustín Esteve.
Esteve realizó varios retratos del Infante, de los que hemos dado noticia en nuestro libro. El que aquí mostramos recuerda mucho al de la colección Pérez de Rada, que es, sin embargo, de cuerpo entero.
El Infante Carlos María Isidro de Borbón, parte de la colección de la Hermandad del refugio
Un retrato muy similar al de la Hermandad del refugio es otro perteneciente al Patrimonio Nacional y que conocemos sólo a través de una fotografía en blanco y negro. Se trata nuevamente de una composición muy parecida a la del cuadro de la Hermandad del refugio, con algunas diferencias, especialmente en la parte izquierda del retrato, puesto que en este Esteve retrató al Infante desprovisto del gorro militar que sujeta en los otros dos.
El Infante Don Carlos María Isidro de Borbón, otra variante pintada por Agustín Esteve
El 3 de marzo de 2023 se ha subastado en Francia en la sala Pichon-Noudel-Deniau, en Cannes, con el número de lote 141, el cuadro de Victor de Fauque de Jonquieres (1816-1885) titulado "Retrato ecuestre de Carlos de Borbón (1788-1855), de uniforme, llevando el Toisón de Oro, la placa de la orden de Carlos III y la orden de Santiago de la espada". Se trata de un óleo sobre lienzo (rayado y con restauraciones), firmado y fechado "1860" abajo a la derecha, que fue peritado por el gabinete JC Dey . Sus dimensiones son 65 x 54 cm.
El cuadro está provisto de un marco dorado decorado con flores de lis en las enjutas y rematado por una corona real con flores de lis, y fue adquirido por un coleccionista particular de Madrid.
El retrato ecuestre de Carlos V firmado por Jonquieres se trata de una obra extraordinaria por ofrecer una imagen inédita hasta ahora del primer rey carlista montado a caballo, con uniforme y tocado con la boina roja sobre un fondo en el que se vislumbran otros personajes carlistas.
Victor Philippe Auguste de Fauque de Jonquieres (1816-1885), de familia noble, fue un retratista y pintor de temas históricos. Perfeccionó su técnica con Merry Joseph Bondel y Horace Vernet, y expuso regularmente en el Salón entre 1838 y 1870. Entre sus obras, destacan especialmente dos lienzos en gran formato representando "El Príncipe Presidente Luis Napoleón Bonaparte pasando revista a la gendarmería móvil en 1851" (antigua colección Forbes) y "Bonaparte liberando a los prisioneros del Temple", actualmente en la colección de la Malmaison
Retrato ecuestre de Carlos V, pintado por Víctor de Fauque de Jonquières en 1860
Un nuevo retrato de Don Carlos María Isidro, igualmente desconocido hasta ahora, se subastó en Francia el 7 de diciembre de 2023, en este caso en la subasta extraordinaria de fin de año Maitre Myriam Sumann, 65000 Tarbes (France), donde se describió describió como “oficial español o austro-húngaro¨. El precio de salida fue de 200 euros, rematándose en 6.100 euros.
Se trata de un óleo sobre tabla cuyas medidas son 41x31 cm.
En el retrato, de indudable calidad pictórica que llevaría a relacionarlo con el círculo de Vicente López Portaña, el Infante aparece, como en otros retratos, luciendo uniforme de Guardia de Corps del rey Fernando VII. Esta circunstancia lleva a un experto y conocido coleccionista navarro a pensar que no se trataría de un retrato pintado con anterioridad a 1833, como el uniforme parecería sugerir, sino en fecha posterior, dada la edad con la que el Infante Don Carlos Mª Isidro aparece representado.
Retrato del Infante Carlos Mª Isidro subastado en Tarbes (Francia) en diciembre de 2023.
Doña María Francisca de Braganza, primera esposa del rey Carlos V
La Condesa de Melgar, pintora aficionada, pero de cierto carácter, pintó al pastel una versión de Doña María Francisca de Braganza, siguiendo el modelo del famoso retrato pintado por Vicente López. El cuadro se encuentra, como el resto de los cuadros de la condesa, en manos privadas de sus herederos.
Retrato al pastel de Doña Francisca de Braganza, obra de la condesa de Melgar siguiendo el modelo de Vicente López. Colección particular
En el mes de octubre de 2024, la casa de subastas Anteo, de San Sebastián, subastó un cuadro que, según el catálogo de la subasta, se clasificaba como "retrato de la reina María Josefa Amalia de Sajonia, tercera esposa de Fernando VII. Escuela española siglo XVIII". Esta atribución se basaba en la cartela fijada al marco, en la que, junto al nombre de la retratada, figuraba como autor ni más ni menos que Vicente López Portaña, el gran retratista de la Corte y primero de los pintores de cámara del rey.
La casa de subastas, por razones que desconocemos, mantuvo la identidad de la retratada, pero desdeñó la autoría de Vicente López, conformándose con un genérico Escuela española del siglo XVIII.
Confrontado el retrato con los existentes de María Josefa Amalia de Sajonia, resulta evidente que la representada no es ella, sino, sin lugar a ninguna duda, la Infanta María Francisca de Braganza, primera esposa del Infante Carlos María Isidro de Borbón, futuro Carlos V como primer rey de la dinastía carlista.
Retrato de María Francisca de Braganza. Museo Carlista de Madrid
Aparte de los rasgos fisonómicos inconfundibles, resultan también significativos el vestido que luce la retratada y la banda que porta de la Orden de María Luisa, pues ambos aparecen en otros retratos de la Infanta María Francisca.
El hecho de tratarse de la Infanta María Francisca de Braganza, nacida en el palacio de Queluz el 22 de abril de 1800, obliga a considerar un nuevo error la datación del cuadro como del siglo XVIII, para situarlo, con toda probabilidad en torno a 1816, fecha de su matrimonio con su tío el Infante Carlos María Isidro.
En cuanto a la autoría del retrato, de indudable calidad, debe ser investigada, sin que pueda descartarse a priori la autoría de Vicente López o al menos de su taller o círculo más próximo.
El retrato fue adquirido por un coleccionista particular de Pamplona.
Doña María Teresa de Braganza, segunda esposa del rey Carlos V
En Internet encontramos un retrato de Doña María Teresa de Braganza, Princesa de Beira, del que no tenemos ninguna información, pero que dejamos aquí consignado a falta de que algún día podamos conocer algo sobre él.
Retrato de Doña María Teresa de Braganza, Princesa de Beira.
Infante Sebastián Gabriel
El Infante Sebastián Gabriel fue retratado por diversos pintores a partir de su llegada a la corte española acompañando a su madre la Princesa de Beira. Uno de estos retratos de juventud salió del círculo del pintor romántico Antonio María de Esquivel Suárez de Urbina (1806-1857), perteneciendo en la actualidad a una colección particular tras su venta en una casa de subastas.
El Infante presenta en el que cuadro que ahora hemos localizado -cuyas medidas son 60x61 cm- una edad algo mayor que en el retrato que de él realizó el canario Luis de la Cruz, perteneciente a la Colección Baleztena, y como en este, luce uniforme con el Toisón de oro, la Banda y Placa de la Gran Cruz de la Orden de Carlos III y la encomienda de la Orden de Malta.
El Infante Sebastián Gabriel, atribuido al círculo de Antonio Mª Esquivel
Don Carlos Luís de Borbón y Braganza, Conde de Montemolín
En el verano de 2020, la pintora Carmen Gorbe Sánchez pintó un retrato al óleo sobre lienzo de Don Carlos Luís de Borbón y Braganza, conde de Montemolín y el Carlos VI de la dinastía carlista. Se trata de un cuadro interesante, pues viene a completar una muy escasa iconografía pictórica del segundo de los reyes de la dinastía carlista. Para llevar a cabo su obra, la pintora se basó en uno de los grabados existentes del Conde de Montemolín, que aparece retratado con levitón, portando la banda y placa de la Orden de Carlos III que le fue concedida por Fernando VII, y con el Toisón de Oro al cuello.
El cuadro pertenece en la actualidad a la colección del Museo Carlista de Madrid, en San Lorenzo de El Escorial.
Don Carlos Luís de Borbón y Braganza, conde de Montemolín. Obra de Carmen Gorbe Sánchez. Museo Carlista de Madrid
También hay que celebrar la aparición de otro pequeño retrato al óleo del Conde de Montemolín, en este caso perteneciente a la excelente colección del bilbaíno José Ignacio Ortega Villar. El retrato, que no parece de época, está basado en un conocido grabado decimonónico de Don Carlos Luís de Borbón y Braganza, y carece de firma, por lo que se desconoce su autor. Sus medidas son 31,5 x 39 cm. Sin ser de gran calidad pictórica, su interés principal radica en la escasa cantidad de retratos al óleo existentes del Carlos VI de la dinastía carlista.
Retrato al óleo del Conde de Montemolín. Colección particular
Grabado del siglo XIX en el que se basa el retrato
Doña María Carolina de Borbón Dos Sicilias, Condesa de Montemolín
Tres cuadros nuevos hemos localizado de María Carolina de Borbón Dos Sicilias, todos ellos realizados cuando era princesa de la corte de Nápoles y antes de convertirse en condesa de Montemolín.
El primero de ellos es una representación de la familia del rey Francisco I de las dos Sicilias por Giuseppe Cammarano. El cuadro, en el que Carolina aparece con sus padres y hermanos, se encuentra en el Museo de Capodimonte, en Italia.
Giuseppe Cammarano (4 junio 1766 – 8 octubre 1850) nació en Sciacca, Sicilia, ciudad en la que dirigió la Academia de Arte. Pintó frescos para la Corte de Nápoles, bajo el mecenazgo de Fernando I, que le financió los estudios en Roma, donde realizó pinturas a mitad de camino entre el rococó y el neoclasicismo. De vuelta a Nápoles, hizo trabajos de restauración, fue nombrado profesor de la Real Academia de Bellas Artes y llevó a cabo pinturas de decoración de los palacios reales de Caserta y Nápoles, y pintó La Última Cena para la catedral napolitana.
Falleció en Nápoles a la edad de 84 años.
La familia de Francisco I de las Dos Sicilias, de Giuseppe Cammarano. Museo de Capodimonte
Junto a esta obra, hemos localizado otras dos pinturas de María Carolina de Borbón Dos Sicilias. La primera en la que aparece muy niña y sujetando un sombrero en la mano. Sobre esta pintura, Alexandra Wilhemsen nos informa que se trata de un óleo de pequeño formato de Francisco Lacoma Fontanet, de la década de 1820. Se encuentra en la Casita del Príncipe en El Escorial.
El segundo de estos cuadros es una miniatura, retratada en su adolescencia. Desconocemos el autor -quizás Michele Albanesi o Floriano Pietrocola, que tanto trabajaron para la corte napolitana- o la localización de esta pintura, encontrada en internet y de la que no podemos dar más datos.
María Carolina de Borbón Dos Sicilias, en dos retratos de infancia y juventud
Don Carlos de Borbón y Austria-Este, Carlos VII
Carlos de Borbón y Austria-Este sigue siendo una fuente inagotable de nuevos hallazgos, haciendo honor a su justa reputación a ser uno de los reyes más retratados, no solo de la dinastía carlista, sino quizás de la entera Familia Real española.
El primero de los retratos que hemos localizado fue un regalo del propio monarca a la revista carlista argentina El Legitimista Español, fundada por el incansable propagandista del Carlismo Francisco de Paula Oller. De ello se dio cuenta en un número de la revista, publicado en 1903, y que mostraba la fotografía que aquí recogemos, la única que hemos visto del cuadro, que puede en la actualidad encontrarse en algún lugar en tierras americanas o quizás haya desaparecido para siempre.
En la reseña que la revista dedica a agradecer este regalo con la que el monarca carlista honró al editor y sus colaboradores, no se señala autor del cuadro, mencionándose únicamente que era obra de un famoso pintor veneciano. Quizás se trate de Ermolao Paoletti, que sabemos que realizó varios trabajos para el Duque de Madrid.
Carlos VII, retratado por “un conocido pintor veneciano”, regalo del rey a El Legitimista Español (Francisco de Paula Oller) en abril 1903.
Francisco de Paula Oller no sólo fundó la revista el El Legitimista Español, sino que fomentó la organización del Carlismo en Argentina y otras naciones hispanas, en las que se abrieron Círculos y sedes con mayor o menor prosperidad. En las fotografías que conservamos de los Círculos carlistas de Buenos Aires y Montevideo, se aprecia un retrato de Carlos VII en la sala de reuniones, que es también nuevo para nosotros. Ignoramos si se trataba de una fotografía o de una pintura, y si fuera esto segundo, carecemos de cualquier información sobre su autoría o actual localización.
Retrato de Carlos VII en la sala de reuniones del Circulo Tradicionalista de Buenos Aires, Archivo Montevilla, fondo Oller
Retrato de Carlos VII en el Circulo Tradicionalista de Uruguay, Archivo Montevilla, fondo Oller
En una línea similar se encuentra el retrato de Don Carlos, propiedad de un coleccionista particular valenciano residente en Madrid. El retrato, de aproximadamente medio metro de alto y cuya técnica desconocemos -si bien parece realizado al pastel- está "Dedicado al Exmo. Sr. Marqués de Castrillo" y firmado por M. Fernández o Hernández en el ángulo inferior izquierdo. En cualquier caso, se trata de un magnífico retrato de Don Carlos probablemente en torno a 1904, ya en plena madurez.
Otro cuadro de Don Carlos VII, localizado también indirectamente, es el que figura como fondo en una fotografía del que fuera comandante del Requeté andaluz en la Cruzada, D. Luís Redondo, autor con Juan de Zavala del famoso libro El Requeté.
Luís Redondo era oficial de Caballería con experiencia en Marruecos, y se acogió a la ley Azaña en 1931 por su descuerdo con el régimen republicano. Participó en la Sanjurjada en 1932 y permaneció en cautiverio hasta 1934, tiempo en el que abrazó la causa carlista. Una vez libre, se dedicó a la instrucción militar del Requeté de Sevilla y fue nombrado Delegado Jefe regional del Requeté de todo Andalucía. Participó en el Alzamiento y se puso a las órdenes de Queipo de Llano, como jefe de la “Columna Redondo”. Al acabar la guerra siguió en el Ejército y ascendió hasta Teniente General, falleciendo en Madrid en 1973.
El cuadro muestra el busto Don Carlos y se trata de una obra que no conocíamos, cuyo autor y paradero actual ignoramos.
Fotografía del comandante Redondo, posando delante de un retrato al óleo del rey Carlos VII
Otro de los nuevos retratos localizados de Don Carlos es el que podríamos llamar “Don Carlos y sus generales” y aparece fotografiado en el libro de José María Bueno sobre uniformes de las tropas carlistas. La pintura, cuyo autor y paradero desconocemos, está claramente inspirada en un grabado aparecido en el periódico carlista Chapel Zuri ("Boina blanca"), que se conserva en el Museo Carlista de Madrid.
Don Carlos y sus generales, obra basada en un grabado aparecido en Chapel Zuri
Junto a estos retratos del más icónico de los reyes carlistas, otro hallazgo merece especialmente reseñarse, por ser un cuadro de grandes dimensiones -2,16x1,31 m- y del que no teníamos siquiera noticia previa. Se trata de un retrato de cuerpo completo de Don Carlos, con boina calada y luciendo un vistoso uniforme con pantalón rojo y botas altas. El cuadro está firmado por E. Karr en mil ochocientos noventa y algo, pues el último número de la fecha no puede distinguirse.
A pesar de nuestras indagaciones, no hemos sido capaces de encontrar información alguna sobre este pintor, ni tampoco sobre las circunstancias o razones por las que llevó a cabo este retrato, cuyo destinatario fue un vecino de Villar de los Navarros (Zaragoza), bisabuelo de la actual propietaria.
Retrato de Carlos VII firmado por E. Karr y fechado en mil ochocientos noventa y algo. Colección particular
Carlos VII, pintado por E. Karr (detalle)
Otros dos retratos de Carlos VII que incorporar al elenco de novedades se han incorporado en fecha reciente a los fondos del Museo Carlista de Madrid. El primero de ellos perteneció a la familia de D. Luís Llaguno Piñera, un carlista vizcaíno de Orduña que fue presidente de la diputación foral de Vizcaya entre 1937 y 1939. Llaguno era nieto, por parte de madre, de D. Pedro María de Piñera, carlista también y que fue diputado general de Vizcaya. Piñera aparece retratado en el famoso cuadro de Antonio María de Lecuona que inmortalizó la recepción de Carlos VII a las Merindades de Vizcaya el 3 de mayo de 1874. Luis Llaguno fue también, a su vez, padre de José Luís Llaguno Acha, heroico requeté que resultó herido por un disparo del tristemente famoso teniente Castillo en la manifestación patriótica con motivo del entierro del guardia civil asesinado por los comunistas el 14 de abril de 1936, y que luego participó en la Cruzada como voluntario en Radio Requeté de Campaña y posteriormente como teniente habilitado de artillería.
En el retrato en cuestión, un óleo sobre lienzo de 90x80 cm sin fecha ni firma, Don Carlos aparece a lomos de su caballo Volador, según una conocida fotografía de Don Carlos, que fue editada como postal, y que sirvió también de modelo del conocido grabado pintado por Colomo y que fue litografiado por B. Revuelta en los talleres de la Viuda de Fortuna de Madrid, del que se conserva un ejemplar en el Museo Carlista y del que dimos cuenta en nuestro libro sobre La Dinastía Carlista en la Pintura.
A diferencia del dibujo de Colomo, el óleo al que nos referimos presenta un menor detalle en los rasgos fisonómicos, las condecoraciones que luce el Duque de Madrid y especialmente la pata trasera del caballo, todo lo cual induce a pensar que el retrato quedara inacabado. Este detalle, que sería impropio de un encargo o de un regalo que pudiera haber recibido su primer propietario, induce a pensar que el retrato pudiera haber sido obra del propio Luís Llaguno, del que sabemos que pintaba y del que los herederos conservan algunos cuadros. Se trata, sin embargo, por ahora, de una mera especulación, pues ni siquiera sabemos con certeza cuál de los miembros de la estirpe familiar fue el primer propietario del cuadro, cuya fecha precisa es difícil de datar.
Lo que si sabemos es que Colomo se inspiró para su composición en una fotografía de Don Carlos, fechada en torno a 1897, que pudo servir también como base al lienzo del que ahora hablamos, o bien inspirarse éste en la litografía publicada después, y por tanto ser posterior a la misma.
Carlos VII a lomos de su caballo Volador. Retrato de autor desconocido. Colección particular de Madrid
Es interesante la existencia de un dibujo con la misma composición realizado por el pintor Marcelino de Unceta y fechado en 1903, es decir, en la época en la que el pintor se había instalado ya definitivamente en Madrid.
Marcelino de Unceta y López (Zaragoza, 22 de octubre de 1835-Madrid, 10 de marzo de 1905) fue un reputado dibujante, ilustrador, cartelista y pintor. Trabajó en Zaragoza y Madrid y destacó como cartelista taurino, pintor de historia e ilustrador de historia militar. La calidad en la representación de caballos y toros le hizo cobrar fama, tanto en dichos carteles, como en los cuadros de escenas militares, género en el que fue un consumado artista. No en vano procedía de una familia con antecedentes militares, y él mismo pretendió ingresar en la Academia de Artillería.
El dibujo ecuestre de Carlos VII, en este caso a carboncillo, pertenece al eibarrés Josemari Martínez Urizar, afincado en San Sebastián, quien lo ha heredado de su abuelo y destacado carlista José María Urizar.
Con la información que conocemos, resulta saber quién fue el primer artista que realizó esta composición ecuestre de Don Carlos a partir de una conocida fotografía del rey carlista, y si los tres artistas que la pintaron lo hicieron independientemente unos de otros o la primera, fuera cual fuera ésta, composición inspiró a las otras dos.
Dibujo de Carlos VII a caballo, firmado por Marcelino Unzeta en 1903
El segundo retrato de Don Carlos incorporado al Museo Carlista es el pintado en este mismo 2021 por la notable artista aragonesa Carmen Gorbe Sánchez, una de las pintoras actuales que nos está deparando obras de temática carlista de mayor calidad técnica. El retrato, en el que aparece un Don Carlos con traje civil y luciendo la boina roja -rasgos ambos que le diferencian de los muchos en los que Don Carlos aparece con uniforme y generalmente llevando la boina en la mano- se basa en una fotografía del Duque de Madrid existente en los fondos de la National Library, muy poco conocida en España. De relativamente pequeñas dimensiones (34x27), el cuadro de Carmen Gorbe vuelve a poner de manifiesto esos rasgos de precisión en el dibujo, delicadeza en la pincelada y elegancia cromática, que distinguen sus obras.
Retrato del Duque de Madrid. Carmen Gorbe Sánchez, 2021. Museo Carlista de Madrid
En abril de 2023 e igualmente por encargo del Museo Carlista de Madrid, Carmen Gorbe finalizó un nuevo retrato de Carlos VII, en esta ocasión de grandes dimensiones y, a diferencia del anterior, basado en una muy conocida fotografía realizada en 1876 en Paris por el fotógrafo Gaspard-Félix Tournachon (1820- 1910), más conocido como Nadar.
El retrato, por su calidad y brillantez, merece situarse entre los mejores nunca realizados del Duque de Madrid. Haciendo gala de nuevo de esa técnica que, en su caso, se ha dado en llamar hiperrealismo poético, Carmen Gorbe nos depara un retrato minucioso del gran rey carlista, en el que vuelven a ponerse de manifiesto los rasgos que caracterizan su pintura, en la que resulta imposible no descubrir una mirada femenina: el exquisito dibujo, la suavidad en los colores, la delicadeza en las formas, el equilibrio en la composición y, en general, un estilo que rezuma belleza plástica, armonía y buen gusto.
Don Carlos de Borbón, Carlos VII, óleo sobre lienzo pintado por Carmen Gorbe Sánchez: Museo Carlista de Madrid
Detalle del retrato de Don Carlos VII realizado por Carmen Gorbe, en el que puede apreciarse la calidad técnica de la pintura.
Juntos a estos retratos originales, queremos dejar constancia de la localización en la Tenuta Reale de Viareggio de un retrato de Carlos VII copia del retrato realizado por Carlos Vázquez Úbeda por encargo del propio Don Carlos y que estuvo colgado en el despacho de la Secretaría del Palacio de Loredán. En este caso se trata de una copia de escasa calidad artística y autor desconocido, aunque bellamente enmarcada. Al retrato de Don Carlos se le ha añadido en este caso el escudo de la monarquía española, rodeado del Toisón de Oro, que no figura en el cuadro original de Vázquez Úbeda.
Copia del cuadro de Carlos VII de Vázquez Úbeda, colgada en uno de los salones de la Tenuta Reale de Viareggio
El elenco de retratos al óleo de Carlos VII no parece tener final, apareciendo cada día nuevos cuadros inéditos o desconocidos hasta la fecha. Uno de los de mayor interés, adquirido por el Museo Carlista de Madrid, es un retrato oleográfico del joven Carlos VII, en torno a 1869, y cuyas medidas son 72x55,5 cm. En uno de los bordes del lienzo aparece firmado por el pintor Antonio Estrada, del que apenas tenemos información.
Don Carlos aparece muy joven, luciendo uniforme y boina roja con borla de hilos de oro, y luciendo el toisón y la placa de la Orden de Carlos III. Se trata de una imagen de Don Carlos muy similar a la popularizada en varias fotografías que el Pretendiente se realizó en aquel tiempo, anterior al comienzo de la guerra.
El gran parecido del retrato de Estrada con el retrato anónimo al pastel de Don Carlos que se conserva en el Museo Carlista de Madrid, hace pensar que quizás ambos cuadros se deban al mismo pintor, siendo si acaso este último una preparación para el retrato al óleo, siempre de más entidad y también de mayores dimensiones. En ese caso, cabría preguntarse si también realizaría al óleo el retrato de Doña Margarita del que el Museo conserva igualmente el realizado al pastel.
El Duque de Madrid retratado al óleo por Antonio Estrada
Retrato al pastel de Carlos VII, con el que el retrato de Antonio Estrada guarda evidentes similitudes
En el mes de febrero de 2022 ha salido a la luz en el portal Todocolección, puesto a la venta por un vendedor asturiano, un retrato de Carlos VII pintado por Joaquín García de la Concha (1944-Madrid, 27 octubre1988) y que fue conocido carlista del último tercio del siglo XX, miembro destacado de la Comunión Católico-Monárquica y estrecho colaborador de Francisco Elías de Tejada, cuya Fundación presidió durante algún tiempo tras haber contraído matrimonio con su viuda, Doña Gabriela Percopo.
El cuadro, de regular calidad técnica y 53x47 cm, retrata al Duque de Madrid basándose en una muy conocida fotografía, de la que existen abundantes copias con dedicatorias del rey carlista.
Retrato de Don Carlos a cargo del pintor carlista Joaquín García de la Concha
Fotografía de Don Carlos realizada por G. Contarini y su sucesor G. Giacomelli en Venecia
Otro retrato de interés es el perteneciente a una colección particular y que se subastó en octubre 2022 (lote 789) en Subastas Fernando Durán.
Se trata de un retrato de medio cuerpo, en el que Don Carlos aparece con boina en la cabeza y uniforme en el que se deja ver la capa -detalle poco habitual en los retratos al óleo existentes, con alguna excepción- y sobre el que porta sus condecoraciones y placas habituales, además del Toisón de Oro.
El retrato no está firmado ni se conocen detalles sobre su autoría, si bien debió realizarse en torno a 1985. Sin tratarse de un pintura de gran calidad, su interés radica en ser una imagen nueva del Duque de Madrid, dado que no parece estar basada en ninguna de las abundantes fotos que conocemos de Don Carlos.
Retrato de Carlos VII de autor desconocido e imagen inédita hasta la fecha
Queremos también consignar los retratos o apuntes de Carlos VII realizados por Mónica Caruncho Fontela, fervorosa margarita e infatigable apóstol de la causa carlista a través de sus lápices y pinceles. Entre sus obras, se encuentran numerosos retratos de la familia real carlista, entre los que se incluyen de los pintados de Carlos VII, Doña Margarita, Don Alfonso Carlos y Doña María de las Nieves, Don Javier y Doña Magdalena, Don Sixto Enrique etc. Si bien su calidad técnica y minuciosidad, propias de una pintora aficionada, no llega a la de las obras de artistas consagrados, teniendo más bien un carácter de bocetos o apuntes, no dejan de tener una candorosa frescura, una graciosa ligereza y una simplicidad y soltura de líneas. Entresacamos de su obra algunos de los retratos que ha pintado de Carlos VII, que bien pueden servir como botón de muestra de su pintura.
Carlos VII, obra de Mónica Caruncho Fontela. Colección Pérez de Rada
Retrato del Duque de Madrid con uniforme y condecoraciones, pintado por Mónica Caruncho
Retrato del Duque de Madrid en traje civil, luciendo grandes placas. Retrato al óleo de Mónica Caruncho.
Apunte de Carlos VII a caballo, realizado por Mónica Caruncho Fontela en 2021.
"Carlos VII, Duque de Madrid, II" Óleo en Papel | 41x32 cm
"D. Carlos VII". Oleo en Papel | 32x24 cm
En el mes de marzo de 2022, la Fundación Francisco Elías de Tejada ha adquirido una pareja de preciosos retratos al pastel de Don Carlos y su segunda esposa, Doña Berta de Rohan. La Fundación ha atribuido su autoría al arquitecto y pintor boloñés Mario di María, cuyo apellido figura en el ángulo superior derecho del retrato de Don Carlos.
Se trata de dos retratos de gran interés, no solo por su calidad pictórica y ser completamente desconocidos hasta la fecha, sino, especialmente, por proceder, según se dice, del palacio de Loredán, habiendo formado parte de las pinturas propiedad de los propios Duques de Madrid.
Retratos de Don Carlos y Doña Berta, atribuidos al pintor italiano Mario di María, y adquiridos por la Fundación Elías de Tejada. En su día estuvieron en el palacio de Loredán, residencia de los Duques de Madrid
Mario de Maria , también conocido bajo el seudónimo de Marius Pictor ( Bolonia , 9 de septiembre de 1852 - Bolonia , 18 de marzo de 1924 ), fue un pintor y arquitecto italiano nacido en una familia noble de amplia tradición cultural y artística, que entre 1892 y 1922 residió en Venecia.
La atribución de los cuadros de la Fundación Elías de Tejada a Mario De Maria es, sin embargo, errónea. Una coincidencia de nombres es probablemente la causa de esta confusión. En la Villa Zito de Palermo, de la Fondazione Sicilia, se encuentran dos retratos al pastel de los Duques de Madrid, obra del pintor Ettore De Maria Bergler iguales a los adquiridos por la Fundación Elías de Tejada.
Los cuadros de la pinacoteca de Villa Zito proceden de la donación a la Fondazione Sicilia de 23 cuadros de este pintor por parte de herederos del artista napolitano, realizada en 1990. Se trata de obras con estudios sobre la luz y de retratos, entre los que se encuentran los de Don Carlos y Doña Berta.
Ettore De Maria Bergler (Nápoles, 25 de diciembre de 1850 – Palermo, 28 de febrero de 1938) fue un pintor italiano, considerado el más importante exponente de la pintura modernista palermitana de principios del siglo XX.
Se especializó en obras paisajísticas y naturalistas de ambientes sicilianos y fue considerado entre los más importantes pintores de paisajes del siglo XIX. También se especializó en el retrato y llevó a cabo una serie de frescos en edificios públicos y privados de su ciudad.
Participó en la ediciones de 1901, 1905 y 1909 de la Bienal de Venecia.
Retratos de los Duques de Madrid expuestos en la Villa Zita de Palermo, obra de Ettore De Maria Bergler
El parecido entre los retratos localizados en ambas fundaciones es tal, que no podemos dudar de que se trata de la obra de un mismo pintor, y que su autor es Ettore De María Bergler y no Mario De María, siendo los conservados en Palermo los estudios previos para la realización de los cuadros que ahora se conservan en la Fundación Elías de Tejada, tal y como se especifica en el texto manuscrito por el propio artista en el ángulo superior derecho del retrato de Doña Berta. Gracias a ello podemos saber también que estos primeros estudios fueron realizados en Nápoles en octubre de 1894, lo que permite no solo aclarar la autoría sino también datar, en fecha cercana a esta -probablemente 1897-, los cuadros propiedad de la Fundación Elías de Tejada. Curiosamente, ello significa que el contacto de los Duques de Madrid con el pintor siciliano fue previa a la participación de éste en las Bienales de Venecia, que tanto gustaba frecuentar Don Carlos.
Texto manuscrito por Ettore De Maria en el estudio de Doña Berta
En relación a Doña Berta de Rohan, queremos también en esta entrada sobre nuevos cuadros hallados desde la publicación del libro "La Dinastía Carlista en la Pintura" aprovechar para corregir alguno de los errores que el libro contenía sobre los retratos de la Duquesa de Madrid.
En la página 140 se habla del encargo que Don Carlos hizo al pintor Carlos Vázquez durante la visita de éste a Loredán de unos retratos, tanto del propio Don Carlos como de su esposa Doña Berta y de su hijo Don Jaime. Especulábamos en el libro que el retrato de Doña Berta pintado por Vázquez fuera el que aparece sobre un caballete en algunas fotos del salón de las batallas del palacio. Nos inclinábamos entonces, sin embargo, a pensar, que más que el de Carlos Vázquez, dicho cuadro fuera el realizado por Ettore De María Bergler, que sabíamos había pintado en 1897.
Tras las averiguaciones recientes, a las que nos hemos referido más arriba, está claro que el cuadro del caballete no es ni el de Vázquez ni el de De María, que ahora ya conocemos. Gracias a la publicación del magnífico libro "Banderas de Loredán", publicado en este mismo 2024 por nuestro amigo Iñigo Pérez de Rada, podemos mostrar el retrato que Carlos Vázquez pintó de Doña Berta, aunque sea a partir de una mediocre fotografía en blanco y negro coloreada mediante IA. Corregimos así uno de los claros errores contenidos en el libro, con la satisfacción de poder ir poco a poco colocando las piezas de ese puzzle que inevitablemente son investigaciones de este tipo.
María Berta de Rohan, pintado por Carlos Vázquez. El cuadro se conservaba en el palacio de Loredán y se encuentra hoy en paradero desconocido.
Nuestro catálogo de nuevos cuadros encontrados continúa. En junio de 2023, la visita de un grupo de correligionarios al Museo Carlista de Madrid nos deparó la oportunidad de conocer la existencia de dos cuadros carlistas de Enrique Estevan, de los que no teníamos conocimiento y que nunca habíamos visto reproducidos en sitio alguno. Ambos son propiedad de nuestro amigo, residente en Madrid y miembro de una distinguida familia carlista.
Enrique Estevan y Vicente (1849-1927) nació en Salamanca y se trasladó después a Madrid, donde fue alumno de la escuela especial de Pintura, Escultura y Grabado, para posteriormente estudiar en la Escuela Superior de Bellas Artes de San Fernando. Fue un destacado partidario de la causa carlista, llegando a unirse a las tropas carlistas del Norte durante la guerra de 1872-1876 y a ser protegido y pintor de cámara de Don Carlos de Borbón y Austria-Este. Por encargo del rey carlista pintó Episodio de la batalla de Montejurra, Batalla de Somorrostro y Acción de Dicastillo, que lujosamente enmarcados colgaron en las paredes del palacio de Loredán, residencia del Duque de Madrid en Venecia, así como varios retratos del Pretendiente.
Salón de las batallas del palacio de Loredán. Los cuadros de Enrique Estevan pueden apreciarse en la pared a la derecha de la imagen
Estevan fue además colaborador artístico en la revista ilustrada del carlismo El Estandarte Real. Sus obras figuran entre las mejores pinturas de la Tercera Guerra Carlista y forman parte indispensable del legado pictórico del carlismo.
Lamentablemente, los grandes cuadros que pintó Estevan Vicente para Carlos VII con escenas de batallas de la guerra, y en los que aparecía la figura del rey al frente de sus tropas, se han perdido y sólo conocemos de ellos algunas fotografías que ilustraron publicaciones carlistas. Nos referimos en concreto a los lienzos dedicados a las batallas de Montejurra y Somorrostro.
Con ellos guardan relación los dos cuadros ahora aparecidos, que bien pudieron servir como obra previa para la posterior realización de esos grandes cuadros, o realizarse como cuadros independientes dentro de un mismo ciclo pictórico y marco temporal.
Se trata de dos obras de estilo abocetado, con cierto aspecto de estar solo “manchados”, pendientes de una finalización posterior en la que fueran perfilándose las figuras hasta el nivel de detalle y acabado que encontramos en las otras obras del pintor. Todo ello les confiere un cierto aspecto actual, alejado de la pintura más académica y propia del siglo XIX en la que el conjunto de la obra de Enrique Estevan suele inscribirse.
El primero de los cuadros a que nos referimos es un retrato ecuestre de Carlos VII, en el que la figura del monarca carlista recuerda mucho al que figura en el cuadro de La batalla de Somorrostro, con el que Enrique Estevan, por encargo de Don Carlos, quiso inmortalizar la victoria obtenida por los carlistas el 25, 26 y 27 de marzo de 1874.
Retrato ecuestre de Carlos VII, por Enrique Estevan, propiedad de un coleccionista particular de Madrid
La batalla de Somorrostro, de E. Estevan (fotografía en blanco y negro coloreada que no refleja los colores originales del cuadro)
El segundo de los cuadros hallados es un retrato ecuestre de Doña María de las Nieves de Braganza, esposa de Don Alfonso de Borbón y Austria-Este y del que fue inseparable compañera durante la Tercera Guerra Carlista.
Retrato ecuestre de María de las Nieves de Braganza, de Enrique Estevan.
Como en el cuadro anterior, la imagen representada de la futura reina carlista -una vez que su esposo se convirtiera en Alfonso Carlos I en 1931- parece guardar conexión con las grandes obras de batallas carlistas pintadas por Estevan para Carlos VII y que colgaron en las paredes del Palacio de Loredán en Venecia. Nos referimos en este caso al cuadro Episodio de la batalla de Montejurra, pintado por Enrique Estevan en 1875, basado en una fotografía, como el resto de los que conforman esta serie de cuadros de batallas carlistas pintados para Don Carlos.
Fotografía en blanco y negro y posteriormente coloreada del cuadro Episodio de la batalla de Montejurra, de E. Estevan (los colores no son los del original)
Detalle de la fotografía original de la batalla de Montejurra, conservada en el Museo Carlista de Madrid, mostrando las figuras de Carlos VII, María de las Nieves y su esposo el Infante Don Alfonso.
A finales de octubre de 1874, llegaron a Estella los Infantes Don Alfonso Carlos y su esposa María de las Nieves procedentes de Cataluña. A los pocos días de que pisaran Navarra, los generales republicanos Moriones y Primo de Rivera decidieron atacar nuevamente la línea de Estella. Lejos de conseguir sus objetivos, los carlistas obtuvieron una resonante victoria sobre sus enemigos al pie de Montejurra. El cuadro de Estevan representa el momento en que Carlos VII, pasa revista a los voluntarios, acompañado de su hermano Alfonso Carlos y de su cuñada María de las Nieves de Braganza.
El retrato ecuestre de María de las Nieves pudo también tener presente una fotografía de retratos de la infanta portuguesa retratada a lomos de su caballo.
Enrique Estevan falleció en Madrid el 27 de enero de 1927, a los 78 años de edad. Fue,
sin duda, el gran pintor del Carlismo y “pintor de cámara” del rey Carlos VII durante la última de las guerras carlistas. Su figura y su obra están pendientes de recibir la atención y el reconocimiento que sin duda merecen, por lo que la aparición de dos nuevos retratos suyos de tan insignes personajes no puede más que ser causa de gran satisfacción. Nuestra gratitud a su actual propietario por habernos dado a conocer la existencia de tan magníficos cuadros.
En el año 2024, dos nuevos cuadros de Carlos VII han sido localizados y adquiridos por coleccionistas. El mal estado de ambos ha obligado a enviarlos al taller de restauración, en el que aún permanecen en el momento de redactar esta nota, a la espera de que pronto podamos contemplar con admiración los que, sin duda, son dos excelentes retratos.
El primero de ellos, propiedad ahora de un conocido coleccionista amigo del Escorial, muestra un retrato tres cuartos del rey, inspirado en una conocida fotografía, la misma que utilizó Atam para el celebre retrato al carboncillo que se conserva en el Museo Cerralbo de Madrid.
Retrato tres cuartos de D. Carlos
Fotografía de Don Carlos realizada por Boudoir en 1885 en la que se inspira la pintura.
El segundo de los retratos, en este caso de medio cuerpo, fue adquirido por un anticuario español en Paris, y debió realizarse en torno a 1869, inspirándose probablemente en la fotografía que en ese año realizó Le Jeune a Don Carlos cuando residía en la capital francesa. El retrato al óleo, de 55x74 cm y cuya autoría está en proceso de investigación, presenta un Don Carlos joven, y tocado con boina blanca, a diferencia de la fotografía a la que nos referimos.
El cuadro ha sido adquirido por el Museo Carlista de Madrid, en cuya Sala de los Reyes puede admirarse, después de haberse sometido a restauración.
Retrato al óleo de un joven Don Carlos, tocado con boina blanca, c. 1869
Fotografía tomada por Le Jeune en Paris en 1869
Doña Margarita de Borbón-Parma, primera esposa de Carlos VII
Doña Margarita de Borbón-Parma, inolvidable ángel de la Caridad que prendó el corazón de todos los carlistas, es paradójicamente, y en contraposición a su esposo, uno de los miembros de la dinastía carlista de la que existen pintados menos retratos. Ello da especial interés al retrato llevado a cabo en este 2021 por la pintora hiperrealista aragonesa Carmen Gorbe Sánchez, basado en una conocida fotografía de la reina, a la que el pincel emula en su realismo y fidelidad fisonómica.
El retrato, pintado al óleo sobre lienzo y que no tenemos duda en calificar como uno de los mejores de Doña Margarita, forma parte de la colección del Museo Carlista de Madrid.
Doña Margarita de Borbón-Parma, obra de Carmen Gorbe Sánchez, 2021. Museo Carlista de Madrid
Al igual que en el caso de su esposo Don Carlos, la Tenuta Reale de Viareggio ha querido inmortalizar la imagen de Doña Margarita en los salones en los que residió durante los últimos años de su vida, colgando una copia del famoso retrato de la reina carlista realizado por César Muñoz Sola. La obra es probablemente del mismo autor a la que se encomendó el retrato de Don Carlos que se encuentra en las paredes del mismo edificio, y como este, es de una calidad artística bastante mediocre. Probablemente ambos serían encargados a algún pintor local cuando la Tenuta Real pasó a ser propiedad del Municipio de la ciudad toscana y fue abierto al público como museo. En cualquier caso, es de agradecer que a través de estas pinturas se haya querido mostrar la relación de la real mansión con los reyes carlistas, y muy especialmente con Doña margarita de Borbón-Parma, cuyos restos mortales descansan en la capilla del mismo recinto.
(Fragmento del cuadro de Doña Margarita en la Tenuta Reale de Viareggio)
También Mónica Caruncho, de la que ya hemos hablado, ha realizado un par de retratos de la inolvidable Doña Margarita, que aquí queremos consignar.
Retratos de la Duquesa de Madrid realizados por la "margarita" Mónica Caruncho, como homenaje a la augusta reina carlista esposa de Don Carlos de Borbón y Austria-Este.
Don Jaime de Borbón y Borbón-Parma, Jaime III
El olfato rastreador de Iñigo Pérez de Rada, propietario de una de las mejores colecciones existentes de recuerdos históricos y obras de arte relacionadas con el Carlismo, ha localizado en fecha muy reciente dos retratos de Don Jaime de Borbón y Borbón-Parma, el Jaime III de la dinastía carlista, de gran interés.
El primero de ellos, del que ha pasado a ser propietario tras adquirirlo en febrero de 2021 a la casa de subastas austriaca Dorotheum, se trata de un magnífico retrato de Don Jaime con uniforme de capitán general y condecoraciones ganadas en el ejército ruso, obra del notable pintor austriaco Hermann Torggler.
Hermann Torggler (nacido el 27 de febrero de 1878 en Graz † el 1 de abril de 1939 en Viena) estudió en la Academia de Bellas Artes de Munich, cultivando especialmente el retrato. En 1908 recibió el Premio Estatal en su ciudad natal, lo que le permitió trasladarse a Viena ese mismo año, y marchar después un año a Paris a completar sus estudios. Realizó retratos de personajes como el Kaiser Guillermo II, Shakespeare, Wagner, Ludwig van Beethoven, Mozart y Schubert.
Durante la Primera Guerra Mundial, Torggler trabajó como pintor de guerra, realizando retratos, de los que varios de encuentran en la actualidad en la colección del Museo de Historia del Ejército en Viena.
Su obra alcanzó notoriedad en los círculos cortesanos y de la alta sociedad vienesa, a muchos de cuyos miembros retrató.
En el retrato que realizó de Don Jaime, el Pretendiente aparece sentado en una butaca en cuyo respaldo está tallado el escudo borbónico, que figura también en el margen superior derecho del lienzo. El cuadro es muy posible que provenga del palacio de Frohsdorf en el que residió Don Jaime y fuera puesto a la venta por algún descendiente de alguna de sus hermanas.
Retrato de D. Jaime de Borbón y Borbón-Parma, obra del pintor austriaco H. Toggler. Colección Pérez de Rada.
El pintor canario Ismael Francisco Sánchez ha llevado a cabo en 2024 una meritoria copia del retrato de Don Jaime pintado por Toggler, que demuestra la progresión de esta joven promesa del arte isleño, de la que tanto esperamos los amantes de la pintura carlista.
Copia del retrato de Don Jaime de Toggler, obra del pintor canario Ismael Francisco Sánchez
El segundo de los retratos es una obra del pintor Henri Jacquier, del que ya conocíamos dos magníficos retratos de Don Jaime. En este caso se trata de un retrato sólo del rostro, de pequeño formato (26,5x20 cm), y que fue subastado en Coutau-Bergarier en noviembre de 1919, vendiéndose por 1.185 euros. Como curiosidad, la casa de subastas no fue capaz de reconocer la firma, y lo sacó a la venta como obra de “Escuela española”.
Dadas las características de la obra, es muy posible que se tratara de un apunte del pintor, preparatorio para alguno de los otros retratos que pintó de Don Jaime .
Don Jaime, retratado por Henri Jacquier. Fotografía de la casa de subastas Coutau-Bergarier
A efectos de exhaustividad, consignamos finalmente también el retrato abocetado de Don Jaime realizado por Mónica Caruncho, siguiendo el modelo del conocido retrato de Carlos Vázquez Úbeda.
Don Jaime, retrato abocetado realizado por Mónica Caruncho
Con posterioridad, la entusiasta pintora carlista ha realizado nuevos cuadros de Don Jaime, siempre fiel a su conocido y desenfadado estilo.
Retratos de Don Jaime al óleo sobre papel, realizados por Mónica Caruncho
En enero de 2024 se ha puesto a la venta por Nick Brocks & Company, una casa anticuaria de Dallas, en Estados Unidos, un magnífico y hasta ahora completamente desconocido del joven Jaime de Borbón, pintado en 1885 por C. Bohuny, un pintor prácticamente desconocido en España, quizás de origen polaco -por el apellido- y del que no hemos sido capaces de encontrar ninguna información en internet. Se trata de un óleo sobre lienzo, de 125,73 cm de altura y 85,09 cm de anchura, firmado en el ángulo inferior izquierdo y pintado probablemente en Inglaterra, cuando Don Jaime contaba con 15 años y estudiaba en el Beaumont College, un prestigioso colegio de los jesuitas en Old Windsor, cerca de Londres, en el que el hijo de Carlos VII y futuro heredero ingresó en 1881 y completó su plan de estudios en 1886.
El joven Jaime de Borbón retratado en 1885 por C. Bohuny
Otro curioso retrato de Don Jaime se vendió también en fecha reciente en The Annex Galleries, de Santa Rosa, California. En este caso se trata de una caricatura, dibujada con plumilla por el ilustrador, pintor, grabador y caricaturista francés George Villa (1883-1965). El dibujo, de 7 1/4 x 5 7/8" (pulgadas) está fechado en 1906. La firma de su autor se sitúa en la parte inferior derecha del papel.
Villa ganó prestigio como retratista y fue invitado a ir a Rusia por el tío del zar Nicolás II para retratar a oficiales rusos. Probablemente fue entonces cuando conoció al general Dimitri d'Osnobichine, que también pintaba. El dibujo vendido por la galería californiana procedía de una mansión de San Francisco, donde había otras pertenencias relacionadas con el general d'Osnobichine.
Caricatura de Don Jaime de Borbón como oficial del ejército ruso, realizada por George Villa en 1906.
En el mes de marzo de 2024 el Museo Carlista de Madrid adquirió para sus fondos un importante retrato de Don Jaime de Borbón. Se trata de un óleo sobre lienzo de 73 cm de alto x 58 cm de ancho.
Retrato de Jaime de Borbón, atribuido a Luis Martí Gras. Museo Carlista de Madrid
El 18 de julio de 1909 falleció Carlos VII en el hotel Excelsior de Varese, en el que pasaba sus vacaciones de verano, víctima de un accidente cerebro-vascular. Inmediatamente después de su muerte, el derecho sucesorio pasó a su hijo Don Jaime de Borbón y Borbón-Parma, su único hijo varón.
Al asumir las responsabilidades dinásticas, Don Jaime abandonó el ejército ruso, en el que alcanzó el grado de coronel de húsares, y dividió su tiempo entre Paris, su residencia, principal, y Austria, donde había heredado de su madre el palacio de Froshdorf, que había pertenecido al conde de Chambord, Enrique V de Francia, tío de su madre Doña Margarita.
Para dar a conocer su imagen entre el pueblo carlista como nuevo ostentador de los derechos legítimos al trono, y también para proporcionar un retrato que pudiera exhibirse en los numerosos Círculos Carlistas existentes en toda la geografía nacional -a partir de entonces Círculos Jaimistas-, en 1910 Don Jaime se realizó una serie de fotografías de estudio, probablemente en Paris, vestido con uniforme de capitán general del ejército carlista, luciendo el toisón de oro, la banda y placa de la Orden de Carlos III y una serie de condecoraciones ganadas en el ejército zarista.
Según información que nos proporciona nuestro querido y docto amigo Javier Mª Pérez-Roldán, en el periódico El Imparcial del 31 de mayo de 1910 se publicó la noticia de que don Jaime había encargado un uniforme de Capitán General igual al que llevaba su padre. Y en El Correo Español de fecha 17 de julio de 1910 se recoge una misiva mandada por Francisco M. Melgar desde París, el 15 de junio de 1910, en la que hace referencia a como pocos días antes se le había entregado a don Jaime el uniforme de Capitán General, anunciando que en breves fechas se le haría entrega de una espada toledana pagada por suscripción popular.
En cualquier caso, la primera noticia que hace referencia a las fotos de don Jaime vestido como Capitán General aparece en El Correo Español de 28 de noviembre de 1910, en el que se publica un anuncio de venta de las fotos convertidas en postales.
Todo ello nos lleva a pensar que la serie de fotos a las que nos venimos refiriendo, o bien se realizó en Paris a principios de junio de 1910 -como nos inclinamos a pensar- o bien se realizó en Austria (quizá en Frohsdorf, Viena o Graz) entre finales de junio y principios de noviembre de 1910.
Esta serie fotográfica de Don Jaime, prácticamente las únicas fotos de Don Jaime con uniforme español y carlista que se hizo -dado que en las demás suyas aparece generalmente con el uniforme de húsar ruso- se han ido reproduciendo en revistas y libros, y también vendiéndose como postales, algunas veces coloreadas manualmente para subrayar algunos detalles, en particular la boina roja como prenda identitaria del Carlismo.
Además de ello, estas mismas fotografías, precisamente por ser las primeras y más icónicas del nuevo Pretendiente, fueron utilizadas como base por algunos pintores para realizar retratos al óleo, destinados normalmente a presidir los salones de actos de los mencionados Círculos.
Entre estos retratos al óleo destacan los dos realizados por el pintor Luis Martí Gras -el primero para el Círculo de Vich, fechado en 1910, y el segundo para el Círculo de Barcelona, de 1911-, y el pintado por Carlos Vázquez Úbeda en 1911, reproducido en cientos de cromolitografías que lo popularizaron.
Tanto los originales de Martí Gras como el cuadro original de Carlos Vázquez Úbeda se encuentran en paradero desconocido. De los dos primeros sólo conocemos fotografías en blanco y negro y mala calidad, que no nos permiten apreciar los detalles, aunque son suficientes para identificar en qué fotografías concretas se inspiró el uno y el otro.
Del de Carlos Vázquez conocemos las cromolitografías, que reflejan fielmente el cuadro original, y que podemos ver en el Museo Carlista de El Escorial o en el Museo del Carlismo de Estella.
Es en este contexto en el que resulta particularmente relevante la aparición e incorporación al Museo Carlista de Madrid de un excelente retrato de Don Jaime, carente de firma y fecha, pero realizado con toda probabilidad en ese mismo período de 1909-1910.
El retrato, realizado al óleo sobre lienzo, de bella factura y atribuible sin duda a un pincel experto, tiene unas dimensiones de 91 cm de alto por 75 cm de ancho. Don Jaime aparece sentado en un sillón de brazos de madera, en posición de perfil y con la cabeza ligeramente ladeada para mirar al espectador, sujetando el sable que sostiene entre sus piernas, luciendo casaca azul con los entorchados y fajín de Capitán General, y pantalón grana con banda dorada.
La boina roja, de alto valor simbólico, presente en alguna de las fotografías, y en el retrato pintado por Carlos Vázquez, está ausente en este caso, como falta también en el retrato de Martí Gras para el Círculo de Vich, a diferencia del que realizó para el de Barcelona, en el que Don Jaime la sujeta entre las manos.
Sin que podamos afirmarlo con rotunda seguridad, pero con las garantías que ofrece hoy la inteligencia artificial, podemos presumir que el cuadro sobre el que nos estamos centrando se trata en realidad del mismo retrato realizado por Martí Gras para el Círculo de Vich.
Es cierto que entre el cuadro ahora aparecido y la fotografía que conocemos del de Martí Gras parece apreciarse alguna diferencia, particularmente en el pelo o peinado de Don Jaime, que no en el resto de los detalles, pero tal diferencia podría no ser más que un efecto de la mala calidad de la fotografía que una diferencia real. Sometidos ambos cuadros a una superposición de imágenes mediante una aplicación de IA, por parte de Javier Mª Pérez-Roldán, el resultado, con plena coincidencia de proporciones, permitiría concluir que se trata del mismo cuadro.
Esta conclusión debe ser, sin embargo, puesta en duda hasta que puedan realizarse mayores averiguaciones, ya que aplicando luz ultravioleta sobre el ángulo inferior izquierdo del lienzo parece descubrirse una firma que no se correspondería con la de Martí Gras. El misterio, pues, permanece, y de momento la atribución debe quedar en el aire.
Descubrimiento con luz ultravioleta de lo que parece ser una firma en el retrato de Don Jaime
En mayo de 2024, el Museo Carlista de Madrid encargó cuatro retratos al pintor italiano Vito Pollio. En esta sección, damos cuenta del correspondiente a Don Jaime de Borbón y Borbón-Parma, realizado a partir de una fotografía entregada al pintor.
Vito Pollio nació en 1977 en la pequeña localidad de Terlizzi, situada en la región italiana de Puglia. Estudió en el Liceo Artístico de Bari, donde hizo el examen de la sección de arquitectura. Más tarde marchó a Roma, y se matriculó primero en la Escuela del Comic y más tarde, durante seis años en la Academia de Bellas Artes, sin llegar a acabar sus estudios en ninguno de los dos centros. "En seis años y con matrículas muy caras, no me enseñaron más de lo que había aprendido en el Liceo Artístico". Aquella institución de carácter provincial fue su gran escuela.
Sus primeros años como pintor los pasó trabajando para un anticuario, para el que realizaba pintura inspirada en los clásicos. Pudo con ello acreditar su maestría en el dibujo y en el manejo de las técnicas más académicas.
La lectura de la novela de Luigi Pirandello "Uno, nessuno e centomila" le cambió la manera de ver la vida y, desde luego, de entender el arte. Tras dos años y bajo la conmoción de estas influencias, decidió abandonar el taller, abrazar un estilo propio de expresión artística y convertirse en un trotamundos a bordo de una caravana con la que recorre diversos países, pintando en lugares públicos. Cada primavera abandona su estudio de Terlizzi para "emigrar" a bordo de su fiel caravana - toda una institución en la ciudad - hacia el norte. hacia Holanda o Francia, o hacia el suroeste, a través de España y Portugal, llevando su arte con él. Este largo viaje, de placer y de trabajo, suele terminar al final del verano, cuando Pollio regresa a su casa en Puglia, literalmente cargado, incluso rebosante, de experiencias, sensaciones, impresiones que puntualmente traslada al lienzo, con su peculiar expresionismo.
Al margen de los retratos por encargo, su obra propia, muy alejada en técnica y en los temas de la de sus inicios, tiene un fuerte carácter expresionista y de crítica social, especialmente de la codicia y el abuso de poder. Sus temas -quizás influidos por su paso por la escuela romana del comic, son homúnculos viscosos y afanados como gusanos, seres descarnados como emoticonos, caras tiznadas como payasos sin alma, rostros como máscaras sin expresión, vaciedad plana y feísmo de unos seres deshumanizados que perturban y desasosiegan.
Su modus vivendi es la realización de retratos del natural o a partir de fotos que le proporcionan sus improvisados clientes, habitualmente para entregar en el mismo día. Y son precisamente estos retratos, rápidos, de gruesa pincelada, estridentes y de audaz colorido, y no la obra de su peculiar mundo interior, lo que nos interesa del artista pugliano.
El expresionismo vitalista de Vito Pollio no puede desvincularse del medio en el que realiza su pintura, lo que le confiere ese carácter informalista con el que él prefiere calificar su estilo, que resulta tan característico por su audacia y paleta cromática.
El Museo Carlista de Madrid poseía ya los retratos de Carlos VII y Vázquez de Mella, a los que se incorporaron, con este nuevo encargo, los de otros dos Pretendientes carlistas: Don Javier de Borbón-Parma, del que hablaremos en su momento, y Don Jaime de Borbón, cuyo retrato mostramos a continuación.
Retrato al óleo de Don Jaime de Borbón y Borbón-Parma, por Vito Pollio. Museo Carlista de Madrid
Don Alfonso Carlos I y Doña María de las Nieves de Braganza
En la sección dedicada a Carlos VII, hemos dado cuenta del retrato ecuestre de Doña María de las Nieves, obra de Enrique Estevan y propiedad de un coleccionista particular de Madrid. Nos remitimos aquí a lo allí dicho sobre este cuadro.
Retrato ecuestre de María de las Nieves de Braganza, por Enrique Estevan.
Don Javier de Borbón-Parma
Dos nuevos óleos de Don Javier de Borbón-Parma se han exhibido en la exposición temporal del Museo Carlista de Estella, titulada "Las voces de la Causa" y que se ha clausurado en abril de 2021. El primero de ellos se trata de un retrato debido a José María González de Echávarri, entusiasta carlista, profesor universitario y pintor aficionado, de quien ya conocíamos un colorista retrato de Carlos VII. En este caso se trata de un retrato de Don Javier con uniforme requeté y bajo una corona real. El cuadro pertenece a los fondos del Museo del carlismo de Estella, y fue realizado en los años 50 del siglo XX.
El príncipe regente Don Javier de Borbón-Parma, por José María González de Echávarri
El otro de los retratos, con una técnica muy diferente y una pintura esquemática, muestra a Don Javier con Montejurra al fondo, y es de autor desconocido. Procedente del llamado Partido Carlista, fue realizado en la segunda mitad del siglo XX y pertenece igualmente a los fondos del Museo del Carlismo del Gobierno de Navarra.
Don Javier de Borbón-Parma. Autor anónimo. Museo Carlista de Estella.
En mayo de 2024, en Museo Carlista de Madrid encargó al pintor italiano Vito Pollio un retrato de Don Javier de Borbón-Parma para incorporarlo a la colección del museo. El pincel expresionista ha sabido captar la expresión característica del augusto anciano, en la última década de su vida, con esos rasgos informalistas y vitales que caracterizan su pintura.
Don Javier de Borbón-Parma, óleo sobre lienzo de Vito Pollio. Museo Carlista de Madrid.
Doña Magdalena de Borbón-Busset
No conocíamos hasta la fecha ningún retrato de Doña María Magdalena Borbón-Busset, esposa de Don Javier de Borbón-Parma. Merece por eso recogerse en este catálogo de pintura de la Dinastía Carlista el retrato realizado por Mónica Caruncho, uno de los mejores de su abundante producción dedicada a motivos carlistas.
Doña Magdalena de Borbón, captada por los pinceles de Mónica Caruncho Fontela
[1] Rumeu de Armas, Antonio: Luís de la Cruz y Ríos. Tenerife: Viceconsejería de Cultura y Deportes. Gobierno de Canarias, 1997.