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  • Museo Carlista de Madrid

El Cuartel Real de Don Carlos en Durango pintado por Isidoro Magués. Un nuevo hallazgo

Actualizado: 25 sept 2023

Si hay un nombre clave en la iconografía carlista de la Primera Guerra, es el del pintor francés Isidore Jean-Baptiste Magués nacido en Toulouse en 1810.

Retrato de Isidore Jean-Baptiste Magués

Autorretrato de Isidore Jean-Baptiste Magués


Estando casualmente en Bayona en septiembre de 1836, se sintió atraído por la guerra carlista que tenía lugar al otro lado del Bidasoa, y que llamaba la atención de todos los habitantes de la ciudad, entre los que se contaban muchos españoles. Particular interés suscitaban los carlistas “quienes, en un principio, sin armas ni municiones, han tenido que arrancárselas de las manos de sus enemigos, y toman, palmo a palmo, el terreno por ellos conquistado”. Ambicioso de lograr la fama, declara el propio Magués, “concebí el deseo, que pronto fue proyecto, de ver de cerca a estos hombres, objeto de la atención universal y pintar los retratos, si encontraba la manera”.


Tras un azaroso viaje, logró llegar a Irún y obtener allí un pasaporte para el Cuartel Real carlista y una cabalgadura de alquiler para poderse desplazar. Tras dos días de camino, llegó a Durango, en el que había un gran trasiego de convoyes de municiones, heridos y prisioneros, que llegaban del sitio de Bilbao. Encontrado un alojamiento -tarea no fácil por tratarse de un pueblo pequeño y circunstancialmente superpoblado-, se presentó en la casa en la que el rey carlista tenía su Cuartel General. Explicado su proyecto a Don Juan Bautista de Erro, entonces Ministro Universal de Don Carlos, obtuvo autorización para su propósito, al tiempo que pudo realizarle un retrato que complació notablemente al noble carlista. Esa misma tarde tuvo ocasión de ver a Don Carlos en uno de sus habituales paseos, que realizaba “sin más escolta que la fidelidad de sus súbditos”. Magués escribe: “Don Carlos suele andar mucho por el campo, y los aldeanos, habituados a verle entre ellos, no atruenan el aire con sus exclamaciones, pero la alegría se pinta en sus rostros”.


Poco después, Magués fue presentado al rey en su “palacio”, informándole de su deseo de realizar una serie de retratos del rey y sus prohombres. Don Carlos le señaló fecha para su primera sesión, y entre tanto le permitió empezar por retratar al Obispo de León.

El pintor francés dejó escrita una descripción del “Palacio Real”, una casa de aspecto mediano y al que se entraba sin sospechar su importancia, en la que imperaba una gran sencillez impera tanto en el exterior como dentro. En el primer piso se alojaba el ministro de Estado, mientras que el de arriba estaba reservado al rey, estando la vigilancia encomendada a una guardia particular de ciento treinta hombres, cien de a pie con el grado de cadetes -veinte de ellos de cada provincia vascongada y cuarenta de Navarra- y treinta de a caballo con el grado de lugartenientes.


Don Carlos posó para que Magués realizara su retrato. Quedó tan satisfecho que “se ofreció a posar de nuevo para una copia que destinaba a la princesa de Beira, y una tercera sobre la cual se acuña actualmente su moneda. También, y para la princesa de Beira, me pidió una vista de la casa real de Durango”.


Durante su estancia en Durango, Magués pudo hacer los retratos de las principales personalidades del campo de Don Carlos. Terminados estos, y reclamado por circunstancias particulares, Magués regresó a Francia en el mes de noviembre, muy poco después de que entre el 28 y el 30 de octubre se levantara el sitio de Bilbao.


Impaciente por aprovechar la oportunidad que el interés por la guerra carlista suscitaba en Francia y en todo el continente, Magués se apresuró a publicar sus retratos en un libro titulado “Don Carlos et ses defenseurs, Collection de vingt portraits originaux, avec une introduction et une notice biographique sur chacun des personnages indiqués par le dessin”, publicado por primera vez en Paris y Toulouse en 1837 y poco después, ese mismo año y traducido al italiano, en Florencia. Tanto la edición francesa como la italiana, tuvieron nuevas ediciones en 1840 y 1841 respectivamente.


Portada de la edición francesa de "Don Carlos y sus defensores", publicada en 1837.


A pesar de su importancia iconográfica, el libro de Magués permaneció inédito en España hasta 1945, en que se realizó una primera edición en nuestro idioma, traducida -muy mal, por cierto- con la francesa y la italiana a la vista, y prologada por un desconocido R.B.




Retrato del general Gómez realizado en una de las ediciones españolas del libro de Magués, publicada más de un siglo después de que aparecieran las ediciones francesa e italiana.


Las prisas de Magués por publicar su obra se ponen de manifiesto por el hecho de que los dibujos del pintor que la ilustran fueran litografiados por cinco especialistas diferentes.

El dibujo del Cuartel General de Don Carlos en Durango, fue litografiado por E, Lasalle, y recogido, como todos los demás, tanto en la edición francesa como en la italiana, todos ellos en blanco y negro, aunque los dibujos originales de Magués fueran en color y pintados con pastel y/o acuarela, siguiendo una técnica novedosa en la que el pintor daba directamente el color con el pincel sin líquido alguno, según el mismo declara.


Los retratos carlistas de Magués han sido reproducidos decenas de veces y pueden encontrarse muchos de ellos en internet, incluido el que suele conocerse como Cuartel Real o Alojamiento de Don Carlos en Durango, del que existe una copia en el Museo Zumalacárregui de Ormaiztegui.



Alojamiento de Don Carlos en Durango

Vista del alojamiento de Don Carlos en Durango, litografía sobre un dibujo de I. Magués, extraida de la edición francesa de su libro

Hace un par de años o tres, apareció a la venta en la casa Boris Wilnitsky Fine Arts, de Viena, uno de los dibujos que Isidore Magués realizó de Don Carlos. El excelente retrato, firmado por el propio pintor, fue adquirido por un conocido coleccionista español de Bilbao, a pesar de que el mencionado anticuario austriaco tenía erróneamente catalogado al retratado como "Archduke Albrecht of Austria".



Retrato al pastel de Don Carlos de Borbón, por Isidore Magués


Firma de Isidore Jean-Baptiste Magués

Firma del pintor francés Isidore Magués


El retrato de Don Carlos encontrado en Austria es el único de los del rey dibujados por Isidore Magués que conocemos en color, tal y como salió de los pinceles de su autor, y no en blanco y negro como son las litografías publicadas en el mencionado libro de Don Carlos y sus defensores.

En la misma línea, en fecha muy reciente, el Museo Carlista de Madrid ha localizado en Italia y adquirido para sus fondos una extraordinaria e inédita cromolitografía del dibujo de Magués del Alojamiento de Don Carlos en Durango -“Wohnung des Don Carlos zu Durango”-, que fue editada en Alemania, y que permite apreciar el dibujo con los colores con los que fue realizado.


Cuartel Real de Don Carlos en Durango, por Isidore Magués

Cromolitografía del "Alojamiento de Don Carlos en Durango", según dibujo de Isidore Magués, editada en Alemania. Museo Carlista de Madrid

Desconocemos la fecha en que esta litografía fue publicada, dado que carece de cualquier información, salvo el título de la misma. Su impresión resulta una sorpresa, puesto que la obra de Don Carlos y sus defensores de Magués nunca fue publicada en Alemania, que tengamos noticia. [i]


La casa que sirvió de Cuartel Real a Carlos V dibujada por Magués es la casa conocida como palacio Orue situado en la plaza de Pinondo, junto al rio Mañaria, en Durango, que se encuentra unida a la casa Ampuero, y es conocida como Etxe Zuria ("la casa blanca"). Casa histórica donde las haya, pues no solo sirvió de Cuartel Real al primer rey carlista, sino que en ella se alojó también su nieto Carlos VII durante la tercera carlistada, Segunda Guerra para los carlistas vascongados. Agradecemos la información a nuestro querido amigo Víctor Sierra-Sesumaga, verdadero pozo sin fondo de sabiduría y piedad carlista.

Según la página web de Turismo de Durango, "el palacio de Orue, clasicista y del siglo XVII, fue corte y cuartel general del pretendiente Don Carlos en la primera guerra carlista y escenario destacado durante la segunda. Fue modificado a principios del siglo XX". Por su parte, "el palacio Etxe Zuria fue construida por la familia Ampuero a finales del siglo XIX sobre un antiguo palacio que se remonta al siglo XVI. Destacan la gran variedad de motivos ornamentales de distinto gusto y origen (neoplaterescos, neorrenacentistas, neobarrocos, neobizantinos, etc.). En la fachada hay un escudo de armas del siglo XVIII reutilizado".




Dos imágenes de la casa Orue que fue Cuartel Real de Don Carlos, tal y como se encuentra en la actualidad



Las casas Orue y Ampuero, Exte Zuri, en la plaza de Pinondo de Durango



Plaza de Pinondo, con la estatua dedicada al lingüista vasco Pedro Pablo Astarloa y iglesia de Santa Ana vistas desde de la casa que fue Cuartel de Don Carlos, situada, aunque no visible, a la izquierda de la foto.


El hallazgo del retrato de Don Carlos, hace pocos años, y del dibujo del Cuartel Real en Durango ahora, actualizan la figura de Isidoro Magués, un artista clave en la iconografía carlista y del que se sabe, sin embargo, muy poco. Apenas que murió el 10 de abril de 1869, o un día antes, a los 59 años en su casa de 53 Charlotte Street, Fitzroy square, en Londres, en la más absoluta miseria y en un estado de profunda depresión. Sus sueños de gloria, que pretendió alcanzar a través de su obra “L´Entente cordiale, an episode of the Crimean”, en la que trabajó los cinco últimos años de su vida con la ilusión de verla expuesta en Versalles y en la Royal Academy, y a la que puso precio de 2.000 libras de la época, no tuvo la acogida que pretendió. Murió solo y abandonado, hasta el extremo de que su cuerpo sin vida fue hallado en su casa cuando habían transcurrido al menos un par de días después de su fallecimiento. [ii]

Su paso a la posteridad, que fue siempre el objetivo del artista francés, quedó, sin embargo, asegurado para siempre por aquellos retratos que del rey carlista y sus defensores realizó durante su estancia en Durango en 1836, cuando sólo contaba veintiséis años de edad.




[i] El libro de Magués fue referenciado en la revista Kronos, Quartal 1839, m. 1, publicada en Jena (Alemania), y en la que reproducía el retrato del general González Moreno, según vemos en el índice de la misma: Porträt von Moreno als Frontispiz; enthält u.a. Mittheilungen aus dem Osten; Ägypten im Jahre 1838; Blicke auf die Ufer des schwarzen Meeres; Don Carlos und seine Verteidiger; Moreno; Der Jacobiner-Club, historische Skizzen v. Zinkeisen,; Graf Kalkreuth, Zur geschichtlichen Critik; Einige politische und publicistische Andeutungen über das Verhältnis von Staat und Kirche, einfacher Pappband d. Zeit m. goldgepr. Rückenschild, Einband fleckig, innen Reste eines Exlibris, Textblock sehr sauber - sehr selten angeboten. [ii] The Register and Magazine of Biography, January 1869. Westminster: Nichols and Sons, 1869.

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