El carlismo puede enorgullecerse de contar con varios santos y beatos: San Ezequiel Moreno, Santa Joaquina Vedruna, el beato Francisco Palau, la beata María Rafols, San José Manyanet, y otros varios, cuyas sucintas biografías pueden encontrarse en el reciente libro de Javier Barraycoa (Historia del Carlismo, Editorial Almuzara, 2019). Junto a ellos, una legión de mártires, unos anónimos y otros conocidos, celebrados colectivamente en la festividad carlista anual de los Mártires de la Tradición. Mártires en sentido estricto y no como una forma de hablar, pues dieron su vida por Cristo y en defensa de la Religión: en las tres guerras del XIX, en la Revolución de Asturias del 34 y, muy especialmente, en el frente y en la zona roja durante la Guerra Civil. Ahí están los nombres recogidos en los estudios clásicos de Mons. Antonio Montero[1] y Vicente Carcel Orti[2] entre los que un buen número profesaba ideas tradicionalistas, o en los más recientes estudios monográficos centrados específicamente en los mártires carlistas de diversas zonas de España, debidos a Cristóbal Castán[3], Luis Pérez Domingo[4] y César Alcalá [5]entre otros.
Entre todos estos héroes y mártires destaca la figura de Antonio Molle Lazo, el joven requeté gaditano martirizado en la localidad de Peñaflor (Sevilla) el 10 de agosto de 1936, cuya fama de santidad llega hasta nuestros días. Venerado desde hace décadas por muchos carlistas y no carlistas que conocen las circunstancias de su muerte, su Causa de Martirio ha sufrido distintos avatares que han impedido hasta ahora verlo en los altares, en unión de otros santos y mártires de nuestra última guerra civil ya reconocidos oficialmente por la Iglesia. El proceso, no obstante, ha sido vuelto a poner en marcha gracias al impulso de la renombrada Asociación Canónica de Fieles Servidores de Cristo Rey constituida al efecto.
La primera biografía de Antonio Molle, en orden cronológico, fue publicada en 1940 por el presbítero redentorista P. Ramón Sarabia. El P. Sarabia, famoso, celosísimo y ejemplar predicador y catequista en misiones populares, recogió una serie de ejemplos de jóvenes que le servían para realzar el espíritu religioso y de cruzada con el que había luchado la juventud española, según el mismo explicó él mismo. Entre ellos figuraba el caso de Antonio Molle, cuyo martirio causaba profundo impacto entre los fieles que escuchaban sus sermones. Impresionado por la oportunidad que tuvo de hablar de él en la propia Jerez, en un auditorio compuesto por personas que habían conocido al mártir, que incluía a sus propios padres, el P. Sarabia quiso conocer algo más sobre la vida del joven requeté, resultado de lo cual fue la publicación de su biografía.[6]
El P. Ramón Sarabia Barbero C. Ss. R (Pola de Lena 19-Dic-1875- Madrid 17 julio 1958) era un famoso predicador en misiones populares –uno de los más destacados del primer tercio del siglo XX, en el que tanta importancia tuvieron esas misiones populares- , que había recorrido España entera con sus sermones y catequesis. Se calcula que predicó 50.000 sermones y 400 misiones a lo largo de toda la geografía nacional[7]. Fue rector de varios conventos de redentoristas, co-fundador en Barcelona con José María Goytisolo y consiliario de los caballeros de la Liga Social de Cristo Rey, pero su principal interés y ocupación fue siempre la misión. Predicador de gran elocuencia sus sermones y enseñanzas quedaron recogidos en más de diez volúmenes y una serie de libros catequéticos –entre ellos su Libro del soldado: a los jóvenes, forjadores de la nueva España publicado en plena guerra civil-, además de sus colaboraciones regulares en las revistas redentoristas El Perpetuo Socorro y Revista Misionera.
En la publicación de la biografía de Antonio Molle por parte del P. Sarabia no dejó de haber cierto elemento de oportunismo. El P. Sarabia sabía perfectamente que en ese mismo momento un joven carmelita, el P. Hilarión Sánchez Carracedo estaba trabajando en la biografía del mártir, para lo cual había entrevistado a numerosas personas que le conocieron, contrastado las fuentes y recogido todos los testimonios que pudo. El P. Carracedo, convencido entusiasta de los méritos del joven requeté para subir a los altares, había además realizado un gigantesco esfuerzo para dar a conocer la figura de Antonio Molle, editando decenas de miles de estampas, escribiendo numerosos artículos y reseñas sobre su martirio, pronunciando abundantes conferencias etc, como el propio P. Sarabia se encarga de testificar y ensalzar en el prólogo de su obra.
Cuando poco tiempo después ese mismo año, el P. Sánchez Carracedo pudo finalmente publicar su biografía[8], el que era su prior conventual, Fray Gabriel Codony, encargado de redactar Unas palabras de explicación a la misma, tuvo que aclarar que las coincidencias que entre ambas obras se encontraban no se trataban de un plagio, al tiempo que deslizaba un caritativo, aunque duro, reproche al P. Sarabia, al desvelar que el propio padre del mártir le había pedido expresamente por escrito que se abstuviera de publicar ninguna biografía sobre su hijo antes de que apareciera la gran biografía del P. Sánchez Carracedo, cuyos datos consideraba los más exactos y completos.
La biografía escrita por el P. Sánchez Carracedo corregía algunos aspectos de la del P. Sarabia, escrita “con más precipitación que exactitud histórica” según Fray Gabriel, y se apoyaba en documentos fehacientes y en el testimonio de los padres, profesores, amigos y conocidos del joven requeté, siendo el resultado de un concienzudo, paciente y sacrificado trabajo llevado a cabo por el P. Sánchez Carracedo durante largo tiempo.
El P. Francisco Hilarión Sánchez Carracedo (1909- ) fue en la inmediata postguerra el gran divulgador de la fama de martirio de Antonio Molle. Como el propio P. Sarabia le había reconocido, fue “el corazón y la pluma y el alma que ha lanzado por toda la tierra española el nombre y la veneración de nuestro mártir”. Era natural de Hinojosa del Duque, y se formó en el convento carmelitano de Córdoba, trasladándose después al convento de carmelitas calzados de Barcelona, donde editó su biografía de Antonio Molle. Más tarde estuvo en el Monasterio de Bahía (Brasil), el Convento Carmelitano de Madrid, la Universidad de la capital, la Biblioteca y el Archivo Histórico Nacional, hasta ser destinado a tierras venezolanas en el año 1966 a la Parroquia Ntra. Sra. de Lourdes de Isla de Toas, donde llevó a cabo una actividad apostólica de más de tres décadas y se convirtió en uno de los más arduos defensores del pueblo isleño. Su prolifica actividad como escritor –además de la biografía de Antonio Molle escribió las de una serie de religiosas muertas en olor de santidad como la Azucena de Vich, una religiosa martirizada por las hordas rojas, Sor María Lourdes del Santísimo Sacramento e Isabel Ortega Perea, entre otras obras poéticas e históricas- le convirtió en miembro de la Real Academia de Ciencias, Bellas Letras y Nobles Artes de Córdoba, Comendador de la Orden de Alfonso X el Sabio, de la orden de Isabel la Católica y de la Cruz de San Raimundo de Peñafort. En Venezuela recibió la orden Cacique Nigale de la Municipalidad Insular, que le declaro “Hijo Adoptivo” de la Isla de Toas por su perdurable labor en pro de la comunidad.
El P. Hilarión usaba un sombrero negro con el que recorría de extremo a extremo la isla en labor evangelizadora. Era de mediana estatura, de cejas pobladas y un timbre de voz recia, como era su personalidad. Así era este sacerdote español, que un día abandonó su tierra, la gloria de sus méritos académicos para venir a servir a Dios en el remoto pueblo de Isla de Toas, donde su gente amable y agradecida lo sigue venerando con el mismo cariño y amor que tanto él le profesó. Su fallecimiento tuvo lugar el 9 de marzo de 1997, a los ochenta y siete años de edad. Sus restos reposan en un mausoleo construido al lado de la iglesia isleña de Nuestra Señora de Lourdes, de la que fue párroco durante tantos años.[9]
En opinión de Manuel de Santa Cruz en sus Apuntes y Documentos para la Historia del Tradicionalismo Español, las dos biografías de Antonio Molle escritas respectivamente por los padres Sarabia y Sánchez Carracedo adolecían de un mismo defecto: “Como la narración de la vida de este requeté y la descripción de su martirio no dan para un libro, se han acumulado ampulosas y barrocas descripciones de la situación de aquellos años, de la cruzada y de la fisonomía religioso-política de la Nueva España. Se transcriben documentos, cartas proclamando favores alcanzados por su intercesión, y recortes de prensa de aquellos días. En los dos se echan de menos las actas del Consejo de Guerra que juzgó a sus asesinos”.[10]
Tras estas dos biografías publicadas en 1940, y los miles de estampas que se editaron entonces y en años sucesivos por la Junta de Cristo Rey – asociación constituida para promover la causa de beatificación-, y que extendieron la devoción al mártir requeté y su fama de santidad por toda España, hay que esperar hasta 1986, al cumplirse el cincuentenario del martirio de Antonio, para que se publique un nuevo libro dedicado al requeté gaditano[11]. Se trata del pequeño texto escrito por el P. Ángel García Fuente de la Ojeda, cuyo propósito declarado era apologético y no de carácter histórico, dedicado a reivindicar a los mártires de la guerra civil y el carácter de Cruzada de la misma, frente a olvidos y deformaciones.
Será finalmente en 2009 cuando se publique una nueva biografía de Antonio Molle, en esta ocasión obra de Fray Santiago Cantera O.S.B, prior de la abadía benedictina del Valle de los Caídos.
El propósito de su autor, en este caso, no es primordialmente llevar a cabo una obra de investigación ex novo, revisando con la perspectiva del tiempo transcurrido otras fuentes históricas o estudiando a fondo los propios documentos y testimonios que se reunieron de cara al proceso de beatificación. Se trata más bien de actualizar la obra del P. Sarabia – ¡por qué no eligió la del P. Sánchez Carracedo!- para hacerla más accesible al lector de hoy, “que se encuentra ya en un marco muy distinto de aquel de la España recién salida de la guerra”, al tiempo que “precisar y corregir algunos datos” en base a los testimonios recogidos en 1939 y 1940 sobre el joven requeté y su martirio. El propio autor reconoce, no obstante, que “de cara a una biografía más detallada que en su día pueda elaborar un servidor u otro autor más cualificado, estos testimonios han de ser aún más estudiados, contrastados y coordinados, pues son realmente la fuente fundamental”.
La obra de Fray Santiago Cantera se agotó en librerías, y sabemos que hoy la Asociación de Fieles Servidores de Cristo Rey, que promueve la causa de beatificación del mártir, se ha dirigido al editor pidiendo su reedición, que esperamos pueda ser pronto una feliz realidad.
Existen pues biografías para conocer la vida del gran “mártir de la boina roja”, como le llamó el P. Sarabia, pero es cierto que la figura de Antonio Molle está esperando aún la gran obra biográfica escrita con planteamientos historiográficos actuales, y en la que el material gráfico –inexistente o muy pobre en las obras publicadas-, contribuya a acercar la figura de Antonio Molle y su época al lector de nuestro tiempo.
Esperemos que el relanzamiento del proceso de beatificación, a impulso de la renombrada Asociación de Fieles Servidores de Cristo Rey, sea oportunidad para ello, contribuyendo así a colocar al joven requeté mártir Antonio Molle Lazo en la posición que le corresponde como un modelo e intercesor extraordinario para proponer a la juventud católica española.
[1] A. Montero: La persecución religiosa en España 1936-1939. Biblioteca de Autores Cristianos, Madrid 1961.
[2] Vicente Carcel Orti: La persecución religiosa en España durante la Segunda República. Ediciones Rialp, Madrid 1990.
[3] Cristóbal Castán: (Lo que la memoria olvida. Scire, Barcelona 2011.
[4] Luis Pérez Domingo: Mártires carlistas del Reino de Valencia. Editorial Actas, Madrid 2004.
[5] Cesar Alcalá: Persecución en la retaguardia. Cataluña 1936-1939. Editorial Actas, Madrid 2001.
[6] (Antonio Molle lazo. Mártir de Dios y de España. Charlas biográficas por el Rvdo. P. Ramón Sarabia, Redentorista. Editorial El Perpetuo Socorro, Madrid 1940).
[7] Dato aportado por Carlos M. López en la voz Predicadores de la Gran Enciclopedia Rialp.
[8] Hilarión Sánchez cariacedo: Un mártir de Cristo Rey. Antonio Molle Lazo. Convento carmelitano de Barcelona, Barcelona 1940.
[9] Artículo de Marcelo Morán, en diario Cordoba.com, 17 de julio de 2010.
[10] Manuel de Santa Cruz: Apuntes y Documentos para la Historia del tradicionalismo Español. Tomo 1 pag 170. Imprenta Católica, Sevilla 1979.
[11] En el periodo de posguerra y hasta los años 60-70 se publicaron en ocasiones estampas y cuadernillos biográficos, pero que se limitaban a recoger los contenidos de las dos grandes biografías de 1940